La dinámica de un juego puede generar los más diversos efectos sobre los jugadores: desafío, intriga, tensión o distensión, caos, risas, etcétera. En última instancia, esos efectos son lo que el diseñador del juego intenta lograr en su audiencia, y para ello se vale dos aspectos fundamentales del diseño: la ambientación y las mecánicas.
La ambientación puede constar a su vez de varios elementos, como la temática del juego, el arte de los componente o el texto cosmético (en inglés, "flavor text"). Si bien por lo general el trabajo de un autor no incluye lograr la estética final del juego, es algo que intrínsecamente se tiene siempre en mente, porque todo va apuntado hacia ese sentido último de lograr un efecto particular sobre una audiencia particular. Por ello, no hay ambientaciones mejores ni peores, sino las adecuadas (o no) para el tipo de juego que se busque crear. Por ejemplo, una temática oscura, un arte explícito o un texto recargado en general no son una buena combinación para un juego familiar o infantil, pero son de uso común en los juegos para adolescentes.
Las mecánicas del juego, siguen un criterio similar. Las hay más o menos demandantes, y no son unas mejores que otras por ello, a menos que no se ajusten a la audiencia pretendida del juego, o no aprovechen todo el potencial del diseño.
Muchos diseñadores se especializan en lograr un cierto estilo de juegos, y en sus creaciones vemos que se generan dinámicas parecidas. Podemos tener un Reiner Knizia, enfocado en juegos con decisiones tensas, un Uwe Rosenberg que se enfoca en la profundidad, un Vlaada Chvátil que se enfoca en la ambientación, o bien un Roberto Fraga, abocado a los juegos para descontracturar. Sin ser referencias absolutas, a medida que uno va conociendo distintos juegos, posiblemente comience a pensar en quién lo diseñó para darse una idea de si es algo que podría llegar a interesarle.
Stefan Feld es mi diseñador favorito de eurojuegos de estilo alemán (de información abierta e interacción puramente indirecta). En principio, no estaba seguro de qué era lo que me atraía de sus diseños, en particular porque soy más adeptos a los eurojuegos de estilo francés (con algo más de incertidumbre y meta-gaming). Con el tiempo, descubrí que sus diseños incorporan una dinámica para nada común y no tan evidente desde la primera partida: la planificación.
En principio, en todos los juegos el jugador apunta durante la partida a alcanzar el objetivo. Pero la forma en que lo hace comunmente implica una sucesión de efectos inmediatos que lo acercan paso a paso hacia ese objetivo. En los juegos más simples, uno realiza una acción, o termina su turno, y cualquiera puede ver cómo ha mejorado su situación. En los juegos que incorporan un elemento de planificación, la acción de por si tal vez no devele una ventaja evidente, sino más bien es parte de un plan que tardará varios turnos en ejecutarse. Es más importante a dónde voy, que lo que ahora estoy haciendo. En mi opinión, Feld lleva la planificación al extremo, y los resultados son asombrosos. Es como jugar Carcassonne sólo con granjeros, o Catán sólo con cartas (hey! yo lo vi y funciona, pero hay que tener mucho talento...). Más bien, como el experto ajedrecista que te hace un jaque mate con las últimas cuatro piezas que le quedan (y vos que te creías tan genial). Es brillante.
Uno de los juegos más simples de Feld es The Speicherstadt (2010). Se trata de comerciar en los docks de un puerto como lo fue en su época Puerto Madero en Buenos Aires. Desde el inicio, los jugadores irán adquiriendo (por subasta) contratos de provisión, y con el tiempo también mercaderías para cumplir con ellos. Adquirir un contrato no te genera ningún beneficio inmediato, al contrario, implica gastar dinero para ganar una subasta, y es más, si no tenés un buen plan, no te va a dar ningún beneficio en absoluto. Pueden probarlo gratis en el sitio Yucata.de.
Otro juego de Feld de mediana complejidad es In the Year of the Dragon (2007). En este caso, los jugadores serán gobernadores de la antigua China, encargados de lidiar con los eventos que se sucederán en el año (plagas, invasiones, año nuevo, impuestos, etcétera). Para ello irán reclutando personajes con habilidades. Pero por supuesto, nunca podrán tener el mejor artesano, soldado, cortesana, etcétera (correr tras el día a día al parecer ya era una mala receta para los políticos de esa época) de manera que hay eventos en los que no podrán lucirse. Pero no importa, mientras logren destacarse y eviten pasar papelones ante el Emperador.
Finalmente, un juego económico complejo de Feld es Macao (2009). Yo lo recomiendo como un paso adelante desde Puerto Rico, porque sigue la estructura clásica de los euros económicos de juntar recursos, procesarlos y venderlos por dinero para reinvertir o por puntos, pero le agrega una fase de planificación a cómo obtenés los recursos. Al principio del turno, se tiran dados de distintos colores (uno por recurso) y podés elegir cuál tomar. Tomo el 6, obvio! No. Porque recibir 6 recursos tardará 6 turnos, pero recibir 2 te tardará sólo 2. De manera que es siempre una puja entre lo que puedo o no tener ya, y lo que tengo o no que tener después.
De menor a mayor, estos juegos de Feld hacen hincapié en tener un plan (en The Speicherstadt podés remarla, pero en Macao más vale que sepas lo que estás haciendo), se enfocan en la estrategia a largo plazo, y si lo inmediato, tu táctica, no tiene sentido para tus oponentes, mejor. Nunca sabrán lo que se estaba gestando hasta que sea demasiado tarde! muajajajajaaaa!!! ejem... eso es todo.