Diseñador: Rob Daviau (Betrayal at the House of the Hill / Axis and Allies: Pacific) / Chris Dupuis (Heroscape)
Editora: Hasbro
Jugadores: 3 a 5 (sin duda mejor con 5)
Tiempo: 60 minutos (más cerca de 40’ las primeras partidas, y luego unos 90’)
Tema: Bélico / Ciencia Ficción
Mecánica: Control de Área / Dados / Campaña
La feria de Essen se acerca y vemos que las editoriales de juegos sacan a relucir sus mejores creaciones para deslumbrar a los aficionados. Hace algunas semanas se lanzó al mercado Quarriors! (WizKids), un juego de dados con mecánica de armado de mazo. Las reseñas de este diseño como el más innovador del año se multiplicaron como la peste. Y digo “peste” porque en mi opinión, si bien el concepto no es malo, su ejecución francamente deja mucho que desear en varios aspectos. Así que estaba resignándome a tener que seguir a la manada y aceptar a Quarriors! como el juego estrella del 2011, hasta que la noticia de último momento surgió la semana pasada, de la editora menos pensada, y con el título menos pensado.
Hasbro, la más reconocida editora main-stream (juegos clásicos) norteamericana, anuncia el lanzamiento del nuevo título de una franquicia que tiene ya varias décadas. El diseño es tan audaz y original que sacude a los aficionados de los juegos modernos (que no jugarían Risk ni a punta de pistola), y los empuja a querer comprar una, e incluso varias copias del juego ni bien llegue a las góndolas. Una locura? Veamos
Temática: El juego se ambienta en el año 2128, luego de interminables guerras mundiales que dividen a la humanidad en cinco facciones. Cada una de ellas tiene su perfil propio: desde guerreros acorazados (estilo Space Marines), salvajes hombres-bestia, un imperio de corte prusiano, una corporación industrial de armas y mutantes/clones, y hasta guerrilleros nómades del desierto del Sahara. La temática y la ambientación, por absurdo que parezca en un juego de Risk, es el ingrediente fundamental del encanto de este juego. Este mundo vacío y estas facciones algo genéricas son sólo el inicio de la historia, y el atractivo del juego es precisamente ver la historia desenvolverse con cada partida.
Risk Legacy básicamente propone jugar Risk en forma de una campaña, donde el resultado de una partida determina las condiciones de inicio de la siguiente. De esta forma, las alianzas y deudas de honor entre los jugadores, así como las traiciones, los aciertos y los errores de cada jugador en las partidas anteriores quedan marcadas para siempre (literalmente lo digo; no pueden volverse atrás) y pasan a formar parte de las características del mapa e incluso de las propias facciones. Esta dinámica va generando con cada partida un mundo que crea su propia historia y termina siendo único para cada copia del juego que exista. De manera que ya no será lo mismo jugar mi copia de Risk, que tú copia de Risk.
Componentes: Para lograr registrar los resultados de cada partida y que perduren para la posteridad, Risk Legacy incluye una serie de componentes que permiten personalizar la copia del juego a través de las acciones de los jugadores. Por un lado, incorporando una serie de etiquetas que se pegan al tablero y a las planillas de información de cada facción y pasan a formar parte del mapa y las ventajas y defectos con los que deberán manejarse los jugadores. Por otro lado, mediante una serie de cartas de acciones y eventos que una vez que se utilizan, no solamente salen del juego, sino que se destruyen. Quiero resaltar este punto porque tal vez no es simple de asimilar. Las etiquetas nunca más se retirarán de donde fueron pegadas, y las cartas deben romperse, quemarse, tirarse a la basura o lo que sea, una vez que son utilizadas. Esto lo dicen las reglas del juego, no es una sugerencia personal.
Además, los jugadores deberán escribir con tinta indeleble sobre el tablero, agregando nombres a algunas cosas e incluso firmando en un listado quién fue el ganador en cada época de la historia (partida). Estos componentes modifican el escenario del juego de manera que toda acción es irreversible, y su agregado no es sólo cosmético. Algunos eventos, por ejemplo, afectarán a quien haya ganado más o menos partidas, las etiquetas de Ciudades (de tres magnitudes) indican la población que otorgan a su controlador, y esto determina la asignación de recursos. Finalmente, el juego viene con sobres cerrados de componentes que únicamente podrán abrirse una vez cumplidas ciertas condiciones de la campaña (por ejemplo, ante la eliminación de una facción o con cierta cantidad de ciudades en el mapa), sin que nadie sepa qué contienen ni cómo pueden afectar el balance de poder en el tablero.
Si en este punto ya quieren salir corriendo a comprar el juego, ni se molesten. Nadie fuera de Hasbro lo jugó todavía y la información e impresiones de este artículo provienen de los comentarios del diseñador, el reglamento en alemán y todo aquello que circula hasta hoy en la web.
Dinámica: A pesar de todos estos agregados, el juego no deja de ser un Risk. Hay que tirar dados para combatir las unidades enemigas y eliminarlas para controlar áreas del mapa, para hacer continentes y cumplir objetivos, etc. Las facciones tienen sus propias características y evolucionan durante la campaña, así que existe un aspecto de capacidades asimétricas que el abstracto juego original no contempla. También están adaptados algunos agregados especiales que aparecen en entregas previas de la serie, como los cuarteles de mando (HQ), los cohetes, las unidades básicas (1 punto) y avanzadas (3 puntos), y otros (como los campos de fuerza que protegen las ciudades) que si existieron realmente no los recuerdo.
El juego no parece haber saltado en términos de complejidad respecto de Risk 2210, pero si todavía no has probado más que Risk de vainilla, es probable que no tomes las decisiones más acertadas con todo lo que hay que considerar teniendo en cuenta los efectos a largo plazo de tus acciones. En este sentido, el balance del juego parece depender mucho más de la retroalimentación negativa que puedan generar los jugadores (uniéndose contra quien va ganando) que en las entregas anteriores.
Observaciones: Este juego empuja el límite de lo que coloquialmente conocemos como “Ameritrash”. En el sentido que realmente los componentes son descartables y el tablero de juego terminará luego de varias partidas convertido en un collage de etiquetas y garabatos en tinta. Si bien el juego continúa sirviendo cuando se agota la evolución de los componentes (unas 15-20 partidas), no se puede negar que mucho del atractivo del mismo parte de participar en la historia que le ha dado forma al mundo. También puede resultar limitante el hecho que la campaña tiene más sentido si la juega siempre el mismo grupo de jugadores, y no va a faltar quien se sienta indignado si alguien pone las manos en su facción en su ausencia. Habrá que comprar una copia para jugar con los amigos y otra para jugar en familia? Habrá que comprar una copia nueva para remediar ese error fatal en esa segunda partida? La respuesta dependerá de cada uno, pero hay que tener en cuenta que con los extraordinarios componentes que incluye, cada copia se venderá en Alemania a unos 60 Euros.
En mi opinión, este juego tiene varios méritos importantes. En principio, porque la apuesta a este nuevo formato proviene de una editora a la que muchos le habíamos perdido la esperanza de producir algo más que juegos tradicionales. Que la sorpresa provenga de Hasbro es una doble sorpresa. En segundo lugar, por lograr reinventar un clásico de medio siglo al punto de generar las ganas de volver a jugarlo entre quienes lo dieron por descartado ya hace años. Hoy Risk Legacy es el juego más visitado en el ranking de BoardGameGeek.
Además, una de las críticas ancestrales al juego básico es su abstracción, al punto que desde sus primeros años los aficionados creaban escenarios históricos para darle un poco más de ambientación al juego. En relación a esto, y fundamentalmente a mi parecer, por lograr captar el espíritu del juego. Risk es un juego simple pero que durante la partida escala a proporciones épicas. Todos tenemos una anécdota de una partida de Risk/TEG/War o como lo llamemos en el historial. Haber tomado el formato de campaña de los RPG, creando una arquitectura de juego que cuenta una historia, no solo le otorga al juego el sabor que muchos le reclamaban, sino que logra inmortalizar aquellos momentos que buscamos guardar con aprecio en nuestra memoria.