El término “eurojuegos” hace referencia a unas características en el diseño de juegos de mesa que originalmente fueron concebidas por diseñadores alemanes y hoy son las más populares de Europa, y tal vez del mundo. Los eurojuegos se diferencias de otro tipo de juegos de mesa conocidos como diseños norteamericanos, que han sabido copar el mercado hacia mediados del siglo pasado. Haré a continuación una breve comparación entre unos y otros. Cada cual podrá reconocer en los aspectos enumerados qué tipos de juego ha estado jugando, qué era lo que les gustaba de ellos, y tal vez también qué era lo que les desagradaba.
Una característica fundamental de los eurojuegos es que no existe la eliminación de jugadores. Si con sus amigos han jugado Risk (TEG) o Monopoly, dos diseños típicamente norteamericanos, sin duda les habrá sucedido que un jugador puede ser eliminado del juego cerca del inicio o a la mitad del mismo, y tiene que esperar un largo tiempo a que el resto termine el partido para volver a participar de la diversión (o simplemente levantarse e irse a otro lado). Esto resulta muchas veces enormemente frustrante.
En los eurojuegos, todos los jugadores comienzan y terminan el partido al mismo tiempo, y más importante, tienen hasta el final la posibilidad de ganar. Pero esto tiene también que ver con un segundo aspecto de los eurojuegos. Un aspecto más sutil pero sin lugar a dudas fundamental: la retroalimentación (feedback).
Los juegos norteamericanos utilizan generalmente una retroalimentación positiva, es decir, que potencian lo que está pasando. Si un jugador tiene ventaja, tendrá cada vez más ventaja. En el caso del Monopoly, quien tiene algo más de dinero, podrá hacer más inversiones, que le darán más dinero para hacer más inversiones, y así sucesivamente. Este círculo virtuoso se convierte, al mismo tiempo, en una caída en picado en el sentido contrario. Mientras que el rico es cada vez más rico, el pobre es cada vez más pobre... hasta que es directamente eliminado.
El resultado indeseable de esto es que uno ya sabe quién va a ganar un juego, o al menos entre quiénes se va a disputar, mucho antes que el juego termine. El ganador, normalmente, ha venido ganando desde mucho antes, y el juego no ha hecho nada para evitar lo inevitable, sino todo lo contrario. Recordemos que en el caso del Risk (TEG) podemos estar hablando de un partido de seis jugadores durante seis horas, de los cuales dos, tal vez, sean parte de la historia en las primeras tres horas, y otros dos, tal vez, sean parte del paisaje hasta el final.
En los eurojuegos, la dinámica misma del juego (llamada retroalimentación negativa) hace que el que va ganando le cueste más mantener su ventaja, mientras que el que va perdiendo recibe algún tipo de beneficio para recuperarse. El resultado beneficioso de ello es que la tensión se mantiene hasta el final y todos los jugadores conservan el interés por ver cómo se define el partido.
Además de estas dos características principales, existen otras que también son comunes en los eurojuegos y son lo opuesto a los típicos juegos norteamericanos. Primeramente, cabe mencionar el recurso al “azar”. En los partidos de Monopoly, es muy común que la diferencia entre sobrevivir un turno más (y tal vez ganar una fortuna) o caer en bancarrota (por aterrizar en el hotel del contrario) lo define una tirada de dados. Decir que uno es un buen estratega en estos juegos es como decir que uno es muy bueno jugando al “piedra, papel o tijera”. Los juegos norteamericanos clásicos han sido pensados para niños y las mismas reglas de los juegos intentan mitigar los resultados a través del azar, compensando al que “menos piensa”. Los eurojuegos otorgan al azar una función de aleatoriedad, no de caos. El propósito de esta aleatoriedad es que en cada partido se presenten escenarios únicos y los partidos sean siempre distintos. Pero las reglas nunca castigarán al mejor jugador, sino todo lo contrario.
En segundo lugar, ambos paradigmas de diseño difieren en la cantidad de jugadores por partida para los que han sido pensados. Tal vez porque los diseños norteamericanos hicieron furor a mitad del siglo pasado, cuando las alternativas de entretenimiento eran escasas y la disponibilidad de tiempo era otra. Pero el caso es que estos diseños funcionan mejor con un mínimo de 4 jugadores y muchas veces lo óptimo es de 6 o más. Los eurojuegos surgen masivamente recién en la década de los 90s, cuando los hábitos de la gente eran otros. El clásico eurojuego está pensado para 2 a 4 personas y por lo general, jugar de a 6 requerirá comprar una expansión al mismo.
En tercer lugar, relacionado con lo dicho anteriormente, el tiempo de juego es distinto. Terminar un partido de Monopoly puede llevar 2 horas, el Juego de la Vida bien insume unas 3 horas, y el Risk (TEG) no es extraño que se extienda por 4 horas o más. Los eurojuegos típicamente duran entre 45 minutos y una hora y media. La menor cantidad de jugadores necesarios y el menor tiempo de juego facilitan enormemente la posibilidad de encontrar un espacio que dedicar a esta sana forma de entretenimiento. Además, si hay tiempo, siempre se podrá empezar a jugar de nuevo. De esta forma, quien haya perdido, ahora un poco más entrenado, tendrá la oportunidad de redimirse. De cualquier modo, la reunión no rondará solamente en “terminar” un juego (a veces un logro de por sí) y podrá ofrecer a todos distintas experiencias de juego durante la misma reunión. En vez tener que comerse dos kilos de helado de un solo gusto, será como ir sirviéndose copas de distintos gustos hasta estar saciados.
Finalmente, merece destacarse la cantidad de componentes del juego. Como dijimos antes, los juegos norteamericanos han sido pensados para niños, por lo tanto, son esencialmente juguetes. Todos vendrán en una gran caja que contiene un enorme tablero y cientos de fichitas plásticas. A los chicos les encantan los regalos en enormes cajas. El diseño de los eurojuegos no pone tanto énfasis en el “brillo” de los componentes como en su calidad y funcionalidad en conjunto. Por lo general, los eurojuegos tendrán una estética menos recargada, cartas más legibles y menos componentes, y se notará en ellos la calidad y durabilidad de los materiales utilizados. Esto es muy notorio en las reglas, que usualmente vienen acompañadas de gráficos y ejemplos de juego para facilitar su comprensión. En este sentido, el uso masivo de componentes del juego en el diseño norteamericano por lo general termina produciendo unas reglas que poseen varias páginas y requieren el estudio pormenorizado de las mismas e incluso, volver a ellas durante el juego. Muy probablemente porque el mercado europeo contiene muchos idiomas, los eurojuegos muchas veces son independientes del uso del lenguaje y al mejor estilo del ajedrez, los eurojuegos más populares se caracterizan por la simplicidad de sus reglas, y el innumerable espectro de posibles estrategias que pueden producir.
Hasta aquí hemos reseñado “brevemente” cinco diferencias en términos generales entre los juegos de diseño norteamericano y los eurojuegos: eliminación de jugadores, retroalimentación (feedback), recurso al azar, cantidad de jugadores, tiempo de juego y componentes del juego. Espero hayan disfrutado la lectura y puedan tal vez entender a quienes dejando atrás la niñez han dejado atrás también este sano hábito de entretenimiento y sociabilización. No podemos culparlos, no había qué jugar. El propósito de este blog es poner a su disposición un nuevo tipo de juegos “para seguir jugando”. Espero que encuentren entre los juegos que aquí se ofrecen aquél que les devuelva esa sensación única que sentíamos en esa etapa tan feliz de nuestras vidas.